viernes, 17 de agosto de 2012

Muros de Usaquén se convertirán en lienzos de arte



Esta mujer tardará un mes pintando el muro principal de este restaurante para demostrar que no existen imposibles.
Esta semana un restaurante en la calle 119 con carrera 6a. tendrá a diez artistas en simultánea transformando las paredes en obras de arte. Dos de ellos pintan con la boca y el pie.
En quince años la pared principal de 'Tienda de café', uno de los lugares emblemáticos de la plaza de Usaquén, ha cambiado tres veces.
Primero estuvo El ermitaño, la carta del tarot, que según su dueño, Jesús Eljaiek, refleja mucho de lo que es él. Luego cambió por un conjunto de dibujos que seguían su fuerte gusto por el libro El alquimista, de Paulo Coelho.
"En un paseo por Bogotá, este escritor brasileño se detuvo frente al muro y se dio cuenta de que ahí se intentó reflejar su obra. -Cuenta con orgullo Jesús, quien en repetidas ocasiones tuvo la intención de vivir lejos de la civilización-. Quería aislarme para encontrar el secreto de la felicidad y no revelarla, como pasaba en el libro de Coelho".
Pero la tercera imagen que quedó plasmada sobre el muro cambió su forma de ver el mundo.
La boca, la mayor aliada
Fue Emiss Caldas, una metense radicada hace más de una década en la ciudad, la encargada de que Jesús hoy afirme que existe un universo grande que no debemos desaprovechar.
La sirena sobre el mar que alumbra la fuerte luz de la luna, le tomó a Emiss cerca de un mes. Luego de ganar la tercera convocatoria que hizo la tienda para que el arte que ha caracterizado sus paredes no muera y por el contrario se renueve.
A diferencia de los otros diez artistas, esta mujer de 30 años tuvo que moverse sobre un andamio especial que le permitía subir y bajar 20 centímetros.
Una enfermedad, de la que solo sufren unas cuatro personas en el país, ha hecho que no pueda caminar durante su vida y que a falta de dos brazos, su boca se convierta en su mayor aliada.
Con agilidad mueve el pincel sobre el papel o cualquier superficie y desde hace 12 años, cuando se convirtió en una artista profesional, ha vendido sus cuadros a través de la asociación de pintores con la boca y el pie. Hoy una de sus obras reposa en una sala de exhibición en Suiza.
'No se queda quieta'
Su arte refleja la frescura con la que enfrenta la vida, pues señala que aunque tuvo que adaptarse a la sociedad y no que la gente se adaptara a ella, nunca ha sentido frustración.
"Al contrario he tenido una vida normal, voy a discotecas, he tenido novios y hasta uso transporte público", explica.
De ahí que desde niña haya empezado a pintar, a bordar en punto de cruz y se haya preocupado por validar su bachillerato.
Alterna sus días entre la pintura y la administración de empresas, carrera que en año y medio espera terminar.
"Nunca se ha quedado quieta", señala su hermana Yiseth, quien a diario la acompaña a la universidad y a las charlas que dicta sobre superación, para que al igual que el arte, los demás se sensibilicen.
Este mes Emiss viajará desde el barrio San Andrés, donde vive en el sur de la ciudad, hasta la plaza Fundacional de Usaquén.
Su misión será cambiar el muro que ella misma pintó y hasta mediados de julio, bajo la temática de intimidad, plasmar los cuerpos de dos seres humanos.