domingo, 17 de enero de 2016

UN ESCULTOR MARAVILLOSO

SERGIO GIRALDO

Artista en los pasillos del Senado
por Yaned Ramirez y Jose Antonio Sanchez
Nadie quería abrirle las puertas para exponer su obra. Él necesitaba hacerlopara cumplir con los requisitos de una beca en Nueva York. Acudió a una amiga congresista y logró colgar sus cuadros
Es costumbre criticar al Congreso por lo que hace o deja de hacer y pocas veces los senadores reciben el reconocimiento por una buena acción.
Esta vez, sin embargo, sin darse mayor bombo, un grupo de legisladores le abrió las puertas del Congreso al artista Sergio Giraldo para que expusiera sus obras.
¿Qué mérito puede tener esto?, podría ser la pregunta, pero cuando conozca la obra de Giraldo, titulada `Memoria', lo más probable es que usted reconozca el trabajo de este artista y, de paso, admita la buena acción de los legisladores.
Sergio, como le dicen sus amigos, tiene 44 años y solo hace 14 empezó a trabajar en sus obras en un pequeño taller que adecuó en el cuarto del servicio de su casa familiar en Medellín.
"Pinto día y noche", dice él, seguidor de Jackson Pollock, uno de los creadores de la escuela action painting, que consiste en lanzar pintura al lienzo para crear figuras.
A sus cuadros les adiciona pedazos de tela que caen en el patio de su casa, un caballito de madera o un trozo de ventana, para recrear la infancia.
¿Qué que hay con todo esto? Pues que Sergio no la tiene fácil para hacer sus creaciones. Desde hace varios años padece una enfermedad degenerativa que con el tiempo podría dejarlo inmóvil .
Hace unos años sus amigos lo veían de pie. Hoy está en una silla de ruedas, tiene dificultades para hablar y para mover sus manos.
"No sé si para él es más difícil pintar, ni sé si perderá totalmente el movimiento. Lo que he notado es que va perdiendo el pulso, que lo tiene menos firme", reconoce Patricia Rincón, una amiga de Sergio.
Él, quien se rehúsa a hablar del tema, prefiere ser valorado por su trabajo artístico y cumplir, antes de que sea demasiado tarde, con los requisitos de la institución que lo tiene becado en Nueva York. Uno de ellos, exponer en la capital del país de origen del becario, Bogotá.
Pero esta tarea no ha sido fácil. Durante meses, Sergio ha intentado conseguir que alguna galería de la capital de la República le permita hacer una exposición, pero hasta ahora no ha sido posible. Patricia ha sido testigo de sus luchas para conseguirlo y le ha tocado ver cómo le cierran las puertas.
"Nos gustaría ver figuras tridimensionales" o "No es el tipo de arte que nosotros exhibimos", son las razones más comunes que ha escuchado que le dicen a Sergio cuando lleva una muestra.Ninguno de los dos entiende por qué no le han permitido hacer exposiciones en Bogotá, pero con el tiempo él le ha enseñado a Patricia a tomarlo con calma. Tanto, que ya se burlan de la larga lista de negativas.
"Sergio es muy introvertido para esas cosas y se ríe a carcajadas y dice: 'Tocará esperar' ".
Fue por eso que se les ocurrió tocar las puertas de una senadora que hizo lo posible por darle esa oportunidad.
Ahora, esperan que la carta de certificación de la exposición que le entregaron la semana pasada en el Congreso les sirva y les permita avalar el requisito exigido en Estados Unidos.
El escenario que no quiere imaginarse Patricia es que le rechacen la exposición del Congreso, aunque Sergio le explicó que no le exigen que la exhibición se haga en una galería.
"Si no, nos vamos a meter en un lío porque tendríamos que buscar otro espacio y no me imagino cómo lo vamos a conseguir", remata Patricia.Tomado del periódico El Tiempo, 14 de agosto de 2007