Emiss Belba Caldas |
Artista con la boca y el corazón
por Sandra Pino Bacca
Desde que Emiss Belba tiene uso de razón, su mamá tocó todas las puertas en las escuelas públicas del sur de Bogotá para que pudiera asistir a clases como cualquier niño de su edad, pero siempre se le negó este derecho con la excusa de que las limitaciones de Emiss no permitían que un profesor le dedicara el suficiente tiempo y estuviera pendiente hasta de llevarla al baño y le enseñara a escribir con la boca. Por qué? Porque sufre de artrogriposis múltiple congénita, una enfermedad que básicamente consiste en la inmovilidad total de la cabeza para abajo.
Pero doña Emiss (ambas llevan el mismo nombre) no se rindió. Por sus propios medios y a pesar de sus bajos recursos, ella, junto con un hermano y su mamá, se dedicaron a educar a su hija. "Siempre ha sido mucho más inteligente que todos nosotros, me siento muy orgullosa de ella. Claro que cuando nació, yo decía 'Dios mío, por qué me diste una niña así', luego entendí que era una prueba más de la vida".
Pinta desde los siete años, a los once aprendió a bordar y perfeccionó la escritura: "Muchas personas me decían que no le dejara hacer todo con la boca, que la obligara a utilizar sus brazos pero éstos nunca le han servido para mayor cosa", cuenta su mamá. Por su parte, Emmis dice: "Soy feliz, no digo que no quisiera ser normal, pero tengo dones maravillosos, que me permiten llevar un mensaje de amor a personas discapacitadas".
Pasa las noches y los días en su silla-cama rodante en medio de restricciones económicas. En 1999 se ganó una beca, pertenece a la Fundación pintores con la boca y el pie, auspiciada por el gobierno suizo, adonde llega la mayoría de las pinturas y trabajos. De esta fundación recibe mensualmente dinero para sus utensilios y estudios de arte. "Lo triste es que acá en Colombia no tenemos muchas posibilidades de hacer exposiciones", explica Emiss.
Esta joven sueña con ser una artista reconocida y hasta se ha visto cantando música llanera en tarimas: "Cuando hay reuniones familiares yo canto y cuando estoy sola pinto, bordo y escribo poesía". Pero lo que acongoja su vida no son los sueños que no cumplirá sino las promesas que nunca se han hecho realidad: "Todos los que me conocen me prometen ayuda para una beca en Teletón para tomar hidroterapias, según me contaron son muy buenas para mí, me sueño como el protagonista de Mi pie izquierdo, que pudo llegar tan alto".
A sus 24 años, aunque no lo dice, quisiera, como muchas mujeres, tener una familia, hijos y un esposo. No niega que ha tenido varias relaciones amorosas, pero sabe que este espacio del amor lo llena más certeramente con el cariño de sus pocos amigos y con su realización artística: " No he tenido muchos amigos. Desde pequeña, obvio, los niños te miran raro y hasta te evitan, pero aprendí a vivirlo. Por eso mi enfemledad no me impide salir a rumbear, voy a la discoteca, a bailar, me tomo mis buenos aguardientes y la paso delicioso".
Sus días transcurren en medio de la ayuda de su hermana menor y su mamá, ellas la bañan, la llevan al baño, le dan de comer, la peinan... En fin, Emiss depende físicamente de ellas, pero ellas dependen de Emiss afectivamente.
Emiss, sin embargo, no niega que el padecimiento de artrogriposis múltiple congénita le ha costado lagrimas y entereza: "Es un poco dificil, es una lucha porque quiero demostrar que tengo igual condición que cualquiera, pero lo importante es que aprendí a no sentir ningún complejo. Soy muy ambiciosa, tengo muchos sueños y ojalá algún día cumpla también el de ser una cantante de música llanera".
Tomado de la Revista Alo No. 386, agosto 08 de 2003