El neocelandés Mark Inglis había sido alpinista profesional desde 1979. En 1989 Mark y un compañero se ven envueltos en una ventisca mientras realizaban una ascensión al Monte Cook y se refugian durante 13 días en plena montaña. Tras el rescate, debido a las congelaciones sufridas, le amputan ambas piernas por debajo de las rodillas, pero no fue impedimento para que renunciara a su sueño de conquistar el Everest. Así, en 2006, casi 20 años después de haber perdido las piernas, logra conquistar el monte Everest, toda una proeza incluso para personas "normales".